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Programa de la conferencia

• "El arte al servicio de la sociedad de consumo de medio siglo."
  Isabel Castro,  Boston University
  
  Resumen: Como muchos pensadores de mediados de siglo veinte, el cronista Raúl Andrade vio en el consumo, en los medios masivos y en el capitalismo avanzado una amenaza para la capacidad crítica del arte. Sus crónicas escritas en Europa, entre 1950 y 1970, sintetizan su descontento por su presente. Un descontento que desemboca en nostalgia por la época finisecular, en la que el arte, al ser marginal y "aurático,"[1] era una voz de resistencia frente a la sociedad de consumo que empezaba a forjarse. Por esto, muchas de sus crónicas de este período giran en torno al arte de los decadentes, de Darío y de la Escuela de París, a quienes los romantiza y mitifica. Poner la esperanza en el arte fue su manera de entablar un diálogo con sus lectores y reflexionar sobre un mundo que le disgustaba, pero al cual se negaba a renunciar.
  [1] Entiendo "arte aurático" como aquel que busca la trascendencia y originalidad. La idea del arte aurático viene de Walter Benjamin, quien en "La obra de arte en la edad de la reproductibilidad mecánica", define el aura como el "aquí" y el "ahora" de una obra de arte, un atributo característico de las sociedades pre-modernas, de culto, y que forzosamente se pierde en la era de la reproductibilidad técnica. También incluye la legitimidad que el objeto obtiene a partir de una larga existencia histórica.